Crítica literaria de «El Leviatán: corazón de Geo».

Hoy me toca hacer una crítica literaria en este blog. Después de diez años escribiendo, y con unos trescientos artículos y ensayos a mis espaldas en todo este tiempo, nunca había escrito crítica literaria.

Esto de no haber escrito nunca una crítica literaria puede parecerle raro a quienes me conozcan desde hace muchos años, porque soy un asiduo lector, diría que un adicto a la lectura. Y si antes dije que llevo diez años escribiendo, debo ahora decir que llevo más de treinta años leyendo, siempre con algún libro entre las manos. Lo cual da para haber leído mucho, tanto de ficción como de ensayo.

Sin embargo, nunca me había planteado siquiera escribir la crítica de un libro, simplemente ni se me había pasado por la cabeza. Por un lado, está mi labor de escritor divulgador, afanado en ensayos sobre diversas materias (economía, derecho, finanzas, historia, industria energética y algún etcétera) y por otro lado mi afición por la lectura. Dos caminos que solo se cruzan cuando lo que leo o estudio sirve de base a lo que escribo. Pero que esta vez se han cruzado para que me decida a realizar un pequeño análisis de una gran novela que he leído recientemente.

La verdad es que la obligación de escribir esta crítica me viene porque la novela en cuestión está escrita por un amigo mío. Además, un amigo de la Universidad, lo cual le da cierta categoría a nuestra amistad. Ya se sabe que uno tiene amigos que va haciendo a lo largo de su vida en diferentes lugares y etapas, unos en el colegio cuando somos niños, otros en la educación secundaria, algunos en el ámbito laboral y profesional, algunos otros en el entorno familiar y vecinal. Pero los de la Universidad te dejan un poso especial, hay una especie de imán que te atrae siempre hacia aquellos amigos.

Pues bien, este amigo es Jorge Jesús García Bermúdez, y la novela es “El Leviatán, Corazón de Geo”.

Valoración general.

No me andaré con rodeos, iré directo al grano, estamos ante una novela que logra el objetivo que debe perseguir cualquier novela de ficción: entretener al lector, hacerle pasar un buen rato, disfrutar la lectura.

En concreto se trata de las aventuras de un joven policía nacional, David Guzmán, que reside en el madrileño barrio de Carabanchel, y que tiene a sus espaldas un pasado que le ha convertido en un hombre de acción, un héroe curtido, uno de esos que tienen cicatrices tanto en el cuerpo como en el alma.

Y resulta que, como suele sucederle a los héroes de acción, los días tranquilos no tienen cabida en su vida. Así que rápidamente se ve envuelto en serios problemas, al cruzarse allí en Carabanchel con una trama mafiosa en la que se entremezclan espías, terroristas internacionales, traficantes de droga, familias millonarias, políticos, pandilleros de barrio, y hasta un delincuente al cual conoce desde su infancia.

A partir de ahí la novela nos lleva a seguir los pasos de David por diferentes escenarios, que abarcan tanto momentos del pasado como momentos del presente, en distintas ciudades españolas. Según va siendo consciente de cuales son las intenciones de los mafiosos principales, y las terribles consecuencias que pueden tener sus acciones, mayor será la tensión a la que se enfrenta.

He intentado decir mucho hasta aquí, para aquellos que quieran leer la novela, pero sin destripar nada importante, porque hay muchos misterios y sorpresas escondidos en sus páginas, lo cuales es mejor no desvelar para que el futuro lector lo disfrute.

Principales aciertos.

Una vez expuesta de forma general la trama, en el punto anterior, me gustaría ahora elogiar algunas de las aristas que hacen que esta novela merezca mucho la pena.

Lo voy a concretar en dos aspectos: 1) persecuciones; y 2) puzle narrativo.

El primero de ellos son las persecuciones, que están excepcionalmente narradas por el autor Jorge Jesús García. Vemos al protagonista correr, saltar, perseguir y ser perseguido tanto por tierra, como sobre tierra y bajo tierra. Por supuesto es lógico, porque un policía que se ve envuelto en semejante trama y se enfrenta a los malos es normal que sufra o protagonice persecuciones. Pero aquí lo asombroso es la capacidad que tiene Jorge para describir los paisajes, las calles, los barrios, los parques, los edificios, los locales comerciales, en definitiva los escenarios en los que se dan lugar estas aventuras.

El lector se siente totalmente inmerso en la aventura, es uno de esos libros que te hace sentir como si estuvieses viendo una película, o una serie de televisión. La capacidad de Jorge para sumergirnos en la aventura es de alabar.

El segundo el puzle narrativo, es decir, cómo el autor va exponiendo las diversas piezas del rompecabezas, que vamos viendo separadas en momentos y lugares diferentes, cada una con su propia esencia, y luego las va haciendo encajar todas para formar un tapiz que estaba allí desde el principio, pero que no podríamos haber construido desde fuera. Es la magia que tienen los buenos novelistas.

Las novelas policíacas y de aventuras tienden a veces a ser más planas, contando hechos de forma lineal. El bueno, el malo, el tiempo, las consecuencias. Pero Jorge no hace eso, sino que va mucho más allá, y prepara personajes e historias que podrían estar a años luz el uno del otro, como en principio lo están La Mancha y el Imperio Otomano, o la Guerra Civil y la gestión de los cementerios madrileños, o bien el CNI y los gitanos de un barrio madrileño. ¿Qué tienen que ver estas cosas las unas con las otras? Y luego lo va haciendo todo confluir de manera ordenara, para que cada pieza encaje en el puzle final.

Dije formalmente que eran dos cosas a destacar, pero tengo que hacer aquí un excursus para meter una tercera a nivel informal. Personalmente me gustó mucho que el protagonista tuviese como deportes principales el kick boxing, hacer running y hacer pesas (que ahora los modernos dicen fitness pero que yo, ya más mayorcito, siempre conocí por hacer pesas). Es que resulta que también son mis deportes preferidos, así que disfruté mucho identificándome en este aspecto con el protagonista. En concreto mi modalidad de kick boxing es K1, creo que en la novela no dice Jorge qué modalidad practica David Guzmán, pero yo cruzo los dedos para que sea ésta.

Otros aspectos diversos.

Dicho todo lo bueno, que es mucho, no sería fiel a mí mismo si no expongo ahora aquí algunas cosas que personalmente me gustaron menos.

Pero quiero recalcar la diferencia entre personal y objetivo.

La opinión que he dado más arriba es objetiva, se puede contrastar con cualquier otro lector en un análisis objetivo del libro.

Mientras que lo que voy a decir ahora es totalmente subjetivo, ya que para mí puede tener importancia en mi fuero interno, pero no lo tendrá para muchas otras personas. Con lo cual por favor que cualquier lector de esta crítica valore adecuadamente lo objetivo versus lo subjetivo.

Y es que a mí subjetivamente no me gustó algún episodio que transcurre en un escenario bélico, durante la Guerra Civil Española del s. XX. He dedicado mucho tiempo en los últimos años a estudiar la Historia de esta triste guerra, y el bando republicano creo que está muy endulzado e idealizado en muchos relatos en nuestro país. La realidad era mucho más cruel, el bando de izquierdas y la propia república adolecían de muchos defectos. Pero dejémoslo ahí, es solo que personalmente, cuando veo en algún libro o película que “los rojos” eran muy buenos, y eran “los trabajadores y los parias del pueblo” siempre salto con las uñas cual gato montés enfadado.

Así también hay que decir que apenas hubo acciones de aviación en La Mancha (no diré más para no destripar) pero esto lo podemos aceptar como una licencia literaria.

Y tampoco me gustó cómo se trata en un momento determinado de la novela el aspecto del dolor y el suicidio. Cuando alguien que está sufriendo mucho piensa en quitarse la vida. Es otro aspecto que personalmente me hace también saltar. Desde mis valores personales la vida está por encima de todo, no creo que sea loable ni honorable el ni tan siquiera pensar en el suicidio ante el temor del dolor. Sin embargo hoy en día, en nuestra sociedad actual, se ha caído en legitimar a veces cosas como el aborto o la eutanasia en base a una filosofía relativista y materialista, que nos dice «Para qué sufrir, si eso no sirve para nada».

Pero bueno, vuelvo a repetir, estas dos cosas son muy de mi fuero personal, a la mayoría de los lectores les pasarán desapercibidas.

Y desde luego no son óbice para volver a elogiar y recomendar esta novela, que funciona magníficamente como aventura policial moderna.

¡¡Enhorabuena Jorge!!

El sermón de las siete palabras.

artículo enviado originalmente a Religión en Libertad.

Septem Verba, así se denomina en latín, ese idioma que sigue siendo oficial dentro de la Iglesia Cristiana católica de Roma, a las siete palabras que pronunció Cristo desde la Cruz en sus horas finales de vida como verdadero hombre, pero sin dejar de ser verdadero Dios. Son siete frases sencillas, directas, aseverativas, pero llenas de contenido, con las cuales el Señor evangeliza a toda la Humanidad venidera acerca del misterio de la vida, de la muerte de la salvación. Siete frases que recordamos especialmente cada Viernes Santo.

Veamos primeramente las siete, para luego estudiar cada una de ellas por separado:

  1. «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». – Pater dimitte illis, non enim sciunt, quid faciunt (Lucas, 23: 34).
  2. «En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso». – Amen dico tibi hodie mecum eris in paradiso (Lucas, 23: 43).
  3. «Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: ¡He ahí tu madre!». – Mulier ecce filius tuus […] ecce mater tua (Juan, 19: 26-27).
  4. «¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?». – ¡Elí, Elí! ¿lama sabactani? (Mateo, 27: 46) – Deus meus Deus meus ut quid dereliquisti me (Marcos, 15: 34).
  5. «Tengo sed». – Sitio (Juan, 19: 28).
  6. «Todo está cumplido». – Consummatum est (Juan, 19: 30).
  7. «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu». – Pater in manus tuas commendo spiritum meum (Lucas, 23: 46).

Memento Mori, otra frase en latín, que significa que debemos recordar que algún día moriremos. Aunque parezca contradictorio, dado que la muerte parece lo contrario a la vida, cabría afirmar que el momento de la muerte puede ser el momento más importante de la vida. Y en el marco de la muerte del Dios hecho Hombre, no quiso Jesús dejar de darnos importantes preceptos de su divino magisterio.

  1. Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.

Al rezar la oración central de la vida cristiana, el Padre Nuestro enseñado por el propio Jesús a los doce discípulos, encontramos que todo son alabanzas y peticiones del hombre a Dios, salvo cuando dice “así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”, donde afirmamos que es necesario previamente nuestro perdón humano para poder obtener el Perdón de Dios.

Ello enlaza directamente con la figura del Jesús hombre, que pide perdón desde la Cruz por los que le ofenden, por las personas humanas. En todo quiso el Salvador abajarse a lo humano, aun siendo Divino. Y sin necesitar obtener Él un perdón propio ya que es Dios verdadero, sí que pide no obstante al Padre el perdón por los demás.

Pensemos en lo importante que es esto, ya que se trata ni más ni menos que de la primera frase de las siete que pronuncia desde la Cruz. Esa primacía parece señalar que nuestro perdón es origen y final de toda su vida y misión al encarnarse.

Y si ya es importante el hecho de que Jesús, en medio de su sacrificio y autoinmolación para lograr nuestra salvación ante el Padre eterno, se acuerda de pedir nuestro perdón “Padre, perdónalos”, no es menos importante poner énfasis en la segunda parte de esta frase, “Porque no saben lo que hacen”. Ya que está dando la justificación de por qué necesitamos ser perdonados.

Pues quizá satanás y los ángeles caídos eran plenamente conscientes de la maldad de sus actos, de cómo lo que hacen les aleja de Dios. Pero los hombres no tenemos un conocimiento perfecto de la Verdad eterna, no podemos mirar a Dios a la cara a causa del pecado original con el cual nacemos. Así que en buena medida el mal hacer de muchos hombres viene determinado porque realmente no saben lo que están haciendo. Y eso permite a Jesús pedir al Padre el perdón para ellos.

2. En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso

Tras pedir el perdón para los hombres que actúan contra Dios sin ser siquiera conscientes de ello, encontramos la respuesta de los hombres que buscan ser salvados, que buscan aprovechar ese perdón.

Y es que el perdón de Dios se manifiesta con su misericordia, con su amor incondicional, pero el hombre perdonado debe acoger dicho amor de manera proactiva, consciente, y para acoger ese amor de Dios debe arrepentirse sinceramente.

Esto es justamente lo que sucede con el buen ladrón, que la tradición nos dice que se llamaba Dimas. También es justamente lo que no sucede con el otro crucificado junto a Jesús, el mal ladrón, a quién la tradición llama Gestas.

Vemos ahora cómo Dios nos habla también mediante la escena de los tres crucificados en el Calvario. Cristo en el centro, que pide al Padre el perdón para la humanidad, y dos representantes de esa humanidad a cada lado. Mientras que Dimas se arrepiente, acoge el perdón, Gestas se mantiene impertérrito, obcecado en su soberbia, no acepta ningún perdón, no ejerce ningún arrepentimiento.

Y ya sabemos que quién no cree en Jesús ya ha sido juzgado, ese es el estado en el que desgraciadamente apreciamos que queda Gestas. Si bien es notorio que es su propia decisión personal la que le aparta de Dios, es él quién decide libremente no acercarse y no acoger el perdón del Padre, se ríe y reniega del Señor.

Sin embargo todo lo contrario sucede con Dimas, que se arrepiente y le pide a Jesús la salvación. De hecho el evangelio de Lucas nos transmite sus palabras: “Lo nuestro es justo, pues recibimos la paga de nuestros delitos; este en cambio no ha cometido ningún crimen”. Es decir, reconoce que Jesús es el Inocente por antonomasia, en quién no hay ninguna culpa, crucificado por las culpas de la humanidad. Y a la par se reconoce culpable a sí mismo, acepta sus pecados y se arrepiente.

Ante esto, Jesús mira a Dimas y le da fe de su salvación, del valor de su arrepentimiento; ya está salvado de hecho, hoy mismo estará en el Paraíso con Jesús.

3. Mujer, he ahí tu hijo. Después dijo al discípulo: ¡He ahí tu madre!.

No le basta a Cristo con darnos su propia vida, sino que también nos da a su propia madre. Él no tenía castillos, ni tierras, ni propiedades, ni oro, ni joyas, ni tan siquiera ropa. Él no dejaba nada material tras de sí al morir. Pero sí dejaba a su madre tras fallecer, y nos la quiso legar. Es más, nos la dio como Madre.

Tras pedir perdón al Padre por nosotros, y comenzar la salvación de aquellos que se acogen a dicho perdón como Dimas ejemplifica, nos da a su Madre como herramienta de salvación, como mediadora entre el Cielo y lo terrenal.

Además lo hace con lógica precisa, ya que en primer lugar le dice a la Madre que ahí están sus hijos, le señala su misión, y veladamente le dice que no se preocupe por el Hijo que está arriba en la Cruz, sino que a partir de ese momento se debe preocupar por los hijitos que están abajo y quedan en el mundo. Después, en segundo lugar, cuando ya la Madre ha recibido las pertinentes instrucciones, se dirige al hombre y le anuncia la buena noticia: allí tiene a su Madre, la que ha sido designada para cuidarle, la que ha recibido el cometido de mediar en las Gracias.

La Madre era todo para Jesús, le había donado su virginal vientre para encarnarse, para hacerse hombre, le había dado su propia sangre durante nueve meses, le había dado a luz en un pesebre, le había cuidado junto con San José siendo niño, le había acompañado en su juventud terrenal, le había seguido ya como Maestro hasta aquél final de su magisterio. Era su corredentora en los sufrimientos, ningún dolor en la Pasión había quedado sin ser compartido por esa Madre que miraba el escarnio público de su Hijo. Corredentora de la salvación. Pero Jesús no quiere nada para sí mismo, sino que quiere todo para salvar las almas del mundo.

Por su parte la Madre ya había dado pasos previamente que apuntaban a cual sería su misión, ya había ayudado en todo momento a los discípulos y seguidores durante la vida pública de Jesús. Recordemos que en la bodas de Caná ya había pedido a su Hijo un milagro para ayudar a los novios, ya velaba por las necesidades de la humanidad.

También debemos destacar quién nos representa a nosotros, a los hijitos que recibimos el regalo de esta Madre. Ni más ni menos que tenemos como representante al recibir este regalo divino a Juan, el discípulo amado, el único de los discípulos que se había quedado al pie de la Cruz, el único que no huyó, el único que no tuvo miedo a la muerte, el único que perseveró y convirtió su Fe en valor. El que busca su vida, huyendo, escondiéndose, la perderá. El que pierda su vida a los pies de la Cruz, por Jesús, es el que hallará la Vida verdadera, eterna.

4. ¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?.

Después de darnos a su Madre nos enseña Jesús que tenemos que rezar siempre y en todo momento, llevar vida de oración. Una oración continuada, en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad. Solo rezando podemos llegar al Cielo.

Esto lo hace rezando Él mismo, de la forma en que mayoritariamente lo hacían en aquellos momentos sus coetáneos, los judíos. Que es ni más ni menos que con los versos del los Salmos de tiempos del Rey David y Salomón, que durante mil años habían acompañado al pueblo judío.

Quiere Jesús decir solo unas pocas palabras en voz alta, para que le escuchen, al borde de sus fuerzas humanas, agotando su vida, y nos dice aquella frase con la que da comienzo el salmo 22.  Un Salmo que anuncia que Jesús será abandonado a los hombres, sus huesos descoyuntados, recibirá burlas y reproches, pero finalmente vencerá por el poder de Dios, y dará Gloria ante la humanidad, como faro que señala el único camino. Abajo dejo el texto íntegro.

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? A pesar de mis gritos, no acudes a salvarme;

Dios mío, de día te llamo y tú no me respondes, de noche, y tú no me haces caso;

pero tú eres el santo, te sientas en tu trono, oh gloria de Israel.

En ti esperaron nuestros padres, esperaron en ti y tú los liberaste,

a ti clamaron y quedaron libres, esperaron en ti y no fueron defraudados.

Mas yo soy un gusano, que no un hombre, vergüenza de los hombres, escarnio de la plebe;

todos los que me ven hacen burla de mí, retuercen la boca, menean la cabeza:

«Confió en el Señor, pues que él lo libre; que lo salve, si de verdad lo quiere».

Tú me sacaste del vientre de mi madre, me pusiste seguro en su regazo;

desde antes de nacer a ti me confiaron, desde el vientre de mi madre eres mi Dios.

No te quedes lejos, que el peligro está encima y nadie me socorre.

Toros innumerables me acorralan, me acosan los toros de Basán;

ávidos abren contra mí sus fauces, cual leones que rugen y desgarran.

Siento que me disuelvo como el agua, todos mis huesos se dislocan, mi corazón se ha vuelto como cera, se me deshace dentro de mi pecho;

mi garganta está seca lo mismo que cascajo, mi lengua se me pega al paladar; me has hundido en el polvo de la muerte.

Me rodea un montón de perros, una banda de criminales me acomete, taladran mis manos y mis pies,

puedo contar todos mis huesos. No me pierden de vista, me vigilan;

se reparten mi ropa y se sortean mi túnica.

Mas tú, Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven corriendo en mi auxilio,

libra mi vida de la espada, no dejes que me desgarren esos perros;

sálvame de las fauces del león, mi pobre vida de los cuernos del búfalo.

Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en plena asamblea te alabaré.

Que lo alaben los fieles del Señor, que lo glorifique la raza de Jacob, que lo adore la raza de Israel;

porque no rechazó ni despreció al pobre en su miseria, ni se escondió de él; escuchó su grito de socorro.

Yo alabaré su lealtad en la asamblea, cumpliré mis promesas delante de sus fieles.

Los pobres comerán hasta saciarse, alabarán al Señor los que lo buscan: «¡Viva su corazón eternamente!».

El mundo entero recordará al Señor y al Señor volverá; lo adorarán, postrados ante él, todas las familias de los pueblos.

Pues sólo del Señor es el imperio, él es el Señor de las naciones.

Los nobles de la tierra le rendirán honores, ante él se inclinarán los moribundos y dejarán de ser.

Mi descendencia servirá al Señor y hablará de él a la generación futura,

contará su justicia al pueblo venidero: «Todo fue obra del Señor».

5. Tengo sed.

Hasta este momento Jesús ha hablado en su Sermón desde la Cruz de nosotros, los pecadores. Primero de todo para pedirle al Padre que nos perdone porque no conocemos la Verdad. Y acto seguido para acoger nuestro arrepentimiento a fin de salvarnos, personificando en la figura de Dimas. Nos ha dado a su Madre como Madre de toda la humanidad, a través de San Juan el apóstol, y luego nos ha enseñado a orar siempre y en todo momento confiados en Dios recitando el salmo 22.

Y ahora nos habla de Él, del propio Dios hecho hombre que está muriendo por nosotros en la Cruz. Nos dice que tiene sed, tiene sed de almas, tiene sed de amor, tiene sed de nuestro arrepentimiento, tiene sed de nosotros, de nuestro cariño, de nuestro perdón. Está sediento de humildad, está sediento de nuestra bondad, está sediento de nuestra amistad.

Esa sed del alma se la provocan nuestra soberbia, nuestra altanería, nuestra cerrazón, nuestro duro corazón, nuestra lascivia, nuestra gula, nuestra envidia, nuestra ira, nuestra vanidad, nuestra pereza, nuestra avaricia.

Aquí por tanto nos está interpelando, ante lo cual todos tenemos que preguntarnos si estamos dispuestos a calmar esa sed del Señor, a darle de beber con nuestro amor. Es un amor que siempre será pequeño, pues es el pobre amor de la criatura imperfecta al Dios Eterno y Todopoderoso. Pero es todo lo que Él quiere, no nos pide más, tiene sed, depende de nosotros darle de beber.

Oremos ahora que nos ha enseñado a orar, pidamos la intercesión de nuestra Madre, recemos para acoger el perdón de Dios arrepentidos de corazón, así le podremos dar de beber y calmar su sed.

6. Todo está cumplido

Ahora que ya todo está dicho solo queda proclamarlo, anunciar el fin, explicar que su vida en la Tierra ha llegado a su término, que todo está cumplido.

No es algo baladí, ya que durante miles de años los profetas habían dejado por escrito, por inspiración del Espíritu Santo, qué supondría la venida del Mesías, qué sucedería con su encarnación, cómo salvaría a la humanidad. Así que el Dios hecho Hombre quiere dar cumplida cuenta de que todo aquello que había anunciado se ha cumplido de manera exacta, correcta.

Muchas veces los seres humanos piensan, desde su soberbia, que pueden ellos disponer sobre la Historia, que están por encima de todo con su ciencia y con su arte, que con su intelecto y fuerza dirigen el mundo. Pero aquí Dios les recuerda que, a pesar de que posiblemente Caifás y el Sanedrín, los romanos y los judíos, creían estar siendo los directores de todo lo que allí acontecía, solamente estaba pasando lo que Dios ya había previsto desde el inicio, lo que el Señor había planificado, lo que Cristo sabía que tenía que suceder para salvar al Mundo.

¿Qué puede hacer el hombre ante esto?. La gran enseñanza de esta palabra de Jesús desde la Cruz es simple: Fiat. Hagamos siempre su Voluntad. Busquemos únicamente hacer la Voluntad de Dios, y no la nuestra. Intentemos cumplir lo que Dios ha querido para nosotros. Intentemos jugar el papel que Dios nos ha dado en la historia de la Salvación. En la medida en que lo hagamos, también nosotros podremos decir al morir que todo está cumplido, y nuestra vida habrá servido al Plan Divino.

7. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

Finalmente Jesús nos muestra qué debemos hacer en el momento final, en el momento de la muerte. Si con nuestro cuerpo y espíritu nos ha dicho Jesús que debemos vivir bajo la Voluntad del Señor, para poder decir que todo se ha cumplido también en nosotros, ahora al expirar nos dice Cristo que al Padre debemos encomendar nuestro espíritu ante la muerte de nuestro cuerpo.

Recordemos que el cuerpo es mortal, pero el espíritu no lo es, por lo cual tras morir el cuerpo nuestro espíritu tendrá que pasar a otro estado. Lo que nos dice el punto 1022 del Catecismo de la Iglesia Católica a ese respecto es que nuestro alma inmortal es sometida a un juicio particular. Y que de ese juicio podrá ir al Cielo o bien tendrá que sufrir una purificación (sería lo que llamamos purgatorio). Para ello debemos por tanto encomendar en la hora de la muerte nuestra alma a Dios, para nuestro juicio particular y la posible purificación o purgatorio antes de entrar al Cielo. Dice también el punto 1030 del Catecismo que «los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del Cielo».

La Salvación nunca es cosa nuestra de forma determinante, sino que necesitamos de la Misericordia y amor de Dios, por lo cual a él encomendamos nuestra alma.

El camino contrario, el del infierno, estará determinado en buena medida también por lo que hemos hecho en vida, pero igualmente por el alejamiento intencionado de nuestra alma de Dios, por no quererle, por no aceptarle, por nuestra propia voluntad de no encomendarle nuestro espíritu.

En todo caso lo que nos enseña aquí Cristo desde la Cruz, con su última palabra, es a encomendar a Dios Padre nuestro espíritu en la hora en que nuestro cuerpo llegue a su muerte. Si Él mismo que es el Hijo perfecto lo hace, cuanto más nosotros, pequeños hijos imperfectos. No obstante recordemos que también nos ha dado a Su Madre, tengámosla presente a la hora de morir, como Él la tuvo a los pies de la Cruz.

Y pidamos también a San José que nos acompañe en la hora de la muerte, porque San José tuvo la gracia de morir con María y con Jesús, seguro que él también nos ayudará.

Los vertidos como pilar de la transición energética.

artículo publicado originalmente en El Periódico de la Energía

Decir que el futuro de la energía eléctrica es cada vez más verde en España no es ya un deseo o una mera predicción, sino que se trata de una realidad tangible. Hagamos un rápido resumen de nuestro sistema eléctrico, en concreto en lo que se refiere a generación eólica, solar e hidráulica para poder verlo. A cierre de 2023 contábamos en el sistema peninsular con más de 29.600 MW de potencia de generación eólica instalada, que durante ese mismo año produjo algo más de 61 TWh de energía. Así también, teníamos más de 23.600 MW de potencia de generación solar fotovoltaica instalada, que durante 2023 produjo más de 36 TWh. Y poseíamos unos 16.500 MW de potencia de generación hidráulica, que aportó a cierre de dicho año más de 25 TWh .

Generación verde en España.

Verde que te quiero verde, estas fuentes de generación basadas en el aire, el sol y el agua han representado holgadamente más de la mitad de la potencia y energía del sistema. El total de potencia de estas tres tecnologías renovables, como se extrae del párrafo anterior, es de unos 70.000 MW, lo cual supone cerca del 60% del total de potencia de generación eléctrica instalada en el sistema peninsular. Por su parte, la suma de la energía aportada es de 132 TWh, es decir, igualmente casi un 60% de la energía total demandada por este sistema eléctrico.

Así también, ya hay en marcha y se esperan nuevos proyectos de inversión para seguir instalando nuevas plantas de generación renovables en los próximos años. Y no se le escapará al lector que, además de las aquí citadas tecnologías, existen otras que también son de origen renovable aunque ahora mismo menos relevantes (solar térmica, biomasa, marina, etc…) y que, no siendo actualmente tan importantes cuantitativamente, sí que podrían igualmente crecer en un futuro cercano.

Transición energética y movilidad.

Sin embargo, la transición energética abarca un concepto mucho más amplio, que ciertamente va más allá de refundar el parque de generación eléctrico. Porque mucha energía que se utiliza en nuestro país, así como en el resto del mundo, es de origen fósil y no toda cabe sustituirla a corto o medio plazo por energía eléctrica. Me refiero, por supuesto, a la energía destinada a movilidad. Pensemos en todos los millones de coches, cientos de miles de camiones, o miles de aviones y barcos que cada día transportan personas y mercancías de un sitio a otro.

Partiendo de este contexto en lo que a movilidad se refiere, sería desde luego un escenario ideal en el medio plazo poder sustituir gran parte de los turismos de nuestro parque móvil por vehículos eléctricos. Y en añadido poder transformar el transporte pesado de mercancías en carretera por vehículos movidos con hidrógeno verde. Para ambos capítulos, la generación renovable puede jugar un papel fundamental, en el primer caso para generar y almacenar electricidad suficiente, y en el segundo caso para tener disponible igualmente el hidrógeno verde.

Los vertidos.

Pero no es la energía que ya aportan estas fuentes de generación la que está llamada a ser el pilar de la transición, sino que lo es aquella energía que no aportan, es decir, los vertidos.

Cabe preguntarse qué es esto de los vertidos. Recordemos primero sucintamente que la generación verde es en buena medida dependiente de la climatología, ya que evidentemente si no llueve no hay agua, si está nublado no funcionan las placas fotovoltaicas, y si no sopla el viento a la velocidad necesaria no pueden generar electricidad sus aspas. Por lo cual, si hay demanda de energía pero no hay condiciones climatológicas favorables, no hay generación renovable posible.

Ahora pensemos en el caso contrario, esto es, la demanda es baja, pero tenemos condiciones climatológicas favorables y por tanto esas unidades de generación producen energía. Es decir, sopla el viento y no está nublado. Pero no existe demanda para esa generación solar o eólica, o bien esa demanda es insuficiente, o quizá no se puede transportar la energía en condiciones adecuadas para la red entre el punto de generación y el punto de demanda. En definitiva y como resultado de todo ello dicha energía se vierte, se pierde, al no poder utilizarse.

Algunas situaciones, a título ejemplificativo, serían la de viento que permite la generación eólica en horario nocturno, mientras las familias y empresas duermen; o la de que el sol brilla un domingo cualquiera pero no hay laboralidad ya que la mayor parte de industrias están paradas.

También pueden deberse los vertidos a limitaciones propias de la red de transporte, y no solo a la demanda. Ya que se da en la práctica a veces el caso de que un parque de generación renovable está produciendo en toda su potencia, y el sistema tiene demanda que podría usar dicha energía, pero la red entre ambos puntos no puede transportar toda esa energía, con lo cual una parte se verterá.

En añadido pensemos que, cuanto mayor es el parque de generación renovable, mayores tenderán a ser los vertidos, así que es un problema al alza.

Vertidos en la transición energética.

Muchos lectores pensarán ante todo esto que por qué no se almacena la energía sobrante, en vez de desecharla. La respuesta es sencilla, y es que hoy en día no existe una tecnología de baterías físicas que puedan almacenar de forma sistemática grandes cantidades de energía en el tiempo. Así que esto simplemente no es posible en la actualidad.

Pues bien, no podemos guardar esa energía excedentaria, pero sí que podríamos desarrollar los mecanismos necesarios para aprovechar esos vertidos convirtiéndolos en hidrógeno verde.

Y aquí tenemos la clave como ya anticipamos más arriba: dicho hidrógeno verde serviría a su vez como batería para posteriormente poder generar electricidad destinada a la movilidad de personas y mercancías.

Y ello porque el hidrógeno se puede almacenar, y usarse más tarde para generar electricidad. Es decir, logramos de esa forma guardar la energía en el tiempo.

Hidrógeno verde.

Aunque le llamamos verde por el origen de generación, respecto del hidrógeno debemos recordar que simplemente se trata de un elemento químico que en forma de gas incoloro, insípido e inoloro, puede utilizarse como combustible en los motores de camiones, autobuses, barcos o aviones.

Además de usarse de manera directa en motores de grandes vehículos, puede usarse como batería química. Ya que puede usarse para generar electricidad destinada a mover el parque de vehículos eléctricos de turismo.

Resulta que el hidrógeno está presente en la naturaleza de forma masiva, ya que es el elemento químico más abundante en hasta tres cuartas partes de la materia, pero no se puede aislar de forma sencilla para utilizarlo como combustible o usos industriales, sino que se necesita un proceso de producción que a su vez requiere mucha energía.

Este proceso por lo general es la electrólisis, que separa el agua en sus dos componentes fundamentales, hidrógeno y oxígeno.  Ello se consigue aplicando una corriente eléctrica a las moléculas de agua, pero dicha corriente eléctrica se debe primeramente generar.

De esta forma, si los vertidos de la generación renovable que vimos más arriba los usamos para esa corriente eléctrica necesaria en el proceso de electrólisis en la producción de hidrógeno cerramos un círculo virtuoso.

El desafío de convertir vertidos en hidrógeno.

La idea desde luego es muy sugerente, parece incluso sencilla, pero no nos dejemos llevar por el optimismo ya que a día de hoy el reto sería importante. Y es que transformar los vertidos en el tan preciado hidrógeno verde requeriría una inversión importante en los equipos necesarios para producir el mismo a partir de los parques de generación eléctrica renovable actualmente existentes, o bien instalarlos en futuras plantas de generación verde.

Estos equipos son electrolizadores.Básicamente un electrolizador de hidrógeno es un mecanismo que hace pasar la corriente eléctrica a través de dos electrodos sumergidos en agua, a fin de separar los iones de hidrógeno y oxígeno.

Básicamente, habría que instalar suficientes unidades de electrólisis , en las cuales se inyectase la corriente eléctrica de los numerosos parques renovables evitando con ello el desperdicio o pérdida de energía de vertidos.

En añadido, y por la magnitud del desafío de la transición referente a la movilidad aquí estudiada, sería clave el desarrollo de nuevas plantas de generación renovable que naciesen ya con el electrolizador, y enfocadas al mismo. Es decir, dedicadas a alimentar el electrolizador para producir hidrógeno, vertiendo solo a la red la energía sobrante. La amortización por tanto de estas nuevas plantas pivotaría sobre la generación de hidrógeno. 

Porque si creamos nuevas plantas para generación eléctrica quizá mucha energía termine en vertidos, pensemos en la actual “curva de pato” y el exceso de energía renovable en el mix nacional en algunas horas del día, especialmente en ciertas temporadas del año. Pero si por el contrario empezamos a instalar plantas destinadas a electrolizadores podemos lograr subir muchos peldaños en esta escalera de la transición energética.

En añadido, otra forma de desarrollo sería la instalación de electrolizadores para hidrógeno verde por parte no de un generador, sino de un cliente de hidrógeno verde, que compraría a plantas de generación renovable la electricidad necesaria vía red o PPA para su electrolizador. Por ejemplo, una empresa con una flota de vehículos de hidrógeno podría hacerlo, para tener esa batería química que decíamos antes. O bien una compañía de transporte de mercancías con vehículos movidos con hidrógeno verde podría estar interesada en este esquema de inversión.

Y de una u otra manera, en definitiva, el hidrógeno así producido permitiría sustituir combustibles fósiles contaminantes por una energía limpia y renovable.

Una gran idea que nos puede acercar a un futuro sostenible, libre de emisiones de CO2, libre de combustibles fósiles, pero lleno de energía.

Electrocombustibles para un futuro posible.

artículo publicado originalmente en El Periódico de la energía.

La preocupación por el cambio climático y la reducción de emisiones de CO2 en la economía en general, pero más específicamente en lo que a la movilidad se refiere, ha sido una constante en las últimas décadas en la mayor parte de países desarrollados. Y todo parece apuntar a que seguirá marcando la agenda política en los próximos años.

Se ha centrado principalmente la atención en el desarrollo de los vehículos eléctricos, y en menor medida a los vehículos impulsados por gas natural. Aunque ambas tecnologías presentan importantes desafíos en el corto y medio plazo, ya que implican importantes inversiones en las redes de transporte y distribución de electricidad y gas que no pueden acometerse de forma fácil, barata ni rápida, amen de otras muchas cuestiones referentes a las baterías, huella de carbono en su proceso de fabricación, materias primas utilizadas, etc..   

Ha pasado sin embargo muy inadvertida una línea de investigación que podría revolucionar verdaderamente el futuro de la movilidad vehicular. Hablamos ni más ni menos que los electrocombustibles, también denominados E-fuels o electrocarburantes.

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Vamos a conocer en este artículo todo lo necesario para entender estos combustibles cuyo desarrollo podrían cambiar por completo nuestras de futuro sobre movilidad sostenible.

¿Qué son los combustibles fósiles?.

Primero de todo recordemos que un combustible, como la gasolina o el gasóleo que usamos a diario en nuestros vehículos a motor, es un producto que permite generar energía mecánica, es decir movimiento del motor, cuando se hace estallar y arder de forma controlada dentro del propio motor.

Estos combustibles que usamos habitualmente son de origen fósil, es decir, los extraemos de yacimientos bajo tierra, en cuyo seno se habían formado y permanecían desde hace millones de años.

La principal problemática que se plantea al extraerlos y quemarlos es que ello supone añadir y poner en circulación en la atmósfera nuevo CO2 que hace millones de años que no formaba parte del balance ordinario de CO2 del planeta.

Importante este concepto, ya que el CO2 no es malo por sí mismo, toda vez que forma parte del propio equilibrio ecológico. Sino que lo malo es que incrementemos de forma desmesurada el balance o cantidad total de CO2 en la atmósfera, que es lo que sucede con la extracción y quema de derivados del petróleo.

¿Qué son los electrocombustibles?.

Una vez entendido lo anterior, resultará más fácil al lector comprender los beneficios que nos podrían traer los electrocombustibles.

Ya que son combustibles sintéticos, es decir, no son combustibles puros de origen fósil, sino que son combustibles elaborados a partir de un proceso de generación de electricidad. Se trata básicamente de generar un combustible líquido, de propiedades muy similares a las de los combustibles fósiles en lo que a los motores respecta, uniendo hidrógeno (H2) y dióxido de carbono (CO2).

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Este CO2 se toma directamente del aire en circulación de la atmósfera, con lo cual cuando posteriormente se detone y queme en el motor simplemente se volverá a liberar a la atmósfera de la que provenía. Es decir, no incrementamos el CO2 que existe ya en circulación en la tierra, sino que mantenemos dicho balance. Aquí tenemos su principal ventaja ecológica.

Recordemos ahora aunque sea de forma rápida que el proceso de elaboración del hidrógeno pasa por separar la molécula de agua (H2O) en los dos elementos que la componen, hidrógeno y oxígeno, aplicando una corriente eléctrica externa, electrólisis.

En lo que respecta a este hidrógeno, si se genera a partir de procesos de generación de electricidad sin emisiones, tales como plantas de energía eólica, o solar fotovoltaica, o mareomotriz, o bien solar térmica, o centrales nucleares, estaremos igualmente manteniendo el balance natural dado que no generamos emisiones en su producción.

Con lo cual obtenemos un círculo virtuoso con estos combustibles sintéticos: hidrógeno generado sin impacto medioambiental más dióxido de carbono tomado directamente del aire, que sustituyen a los combustibles fósiles en el uso de nuestros motores de combustión interna.

¿Sirven los electrocombustibles en los vehículos actuales?.

Si ya hemos visto que estos E-fuels no generan contaminación, ahora vamos a ver su segunda gran ventaja: no es necesario renovar el parque móvil, nos vale con nuestros coches y motos actuales.

Quizá se podrían calibrar en el futuro motores más precisos adaptados específicamente a los electrocarburantes, pero partimos del beneficio de que ya hoy mismo los motores actuales fueden funcionar directamente con electrocombustibles.

Así que no es necesario que la sociedad tenga que invertir recursos en renovar la flota o parque móvil, ni en producir nuevos vehículos, ni en la producción de baterías de electricidad, con lo que se ahorrarían miles de millones y mucho tiempo de adaptación para dejar de generar emisiones de nuevo CO2 de origen fósil a la atmósfera.

El cambio sería mucho más sencillo. Pensemos simplemente en la huella de carbono de construir baterías para vehículos eléctricos que evitaríamos, o todos los problemas relativos a la cuestión internacional de los minerales necesarios para las baterías.

¿Es necesario reforzar la red de transporte y distribución de electricidad?.

La respuesta básicamente es que no, a diferencia de un escenario con muchos vehículos eléctricos, en el cual necesitaríamos acometer una ingente inversión en redes eléctricas.

Pensemos que si la mayor parte de las familias y empresas tienen que recargar vehículos eléctricos, necesitaríamos una red eléctrica mucho más amplia, con cableado de alta, media y baja tensión, nuevas subestaciones, miles de nuevos centros de transformación, una tupida red de puntos de recarga, etc… mientras que con el uso de combustibles eléctricos todo esto no es necesario.

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Lo que sí que sería necesario es mayor generación eléctrica, dedicada a la producción de electrocombustibles. Si por ejemplo las compañías eléctricas mantienen su parque de generación actual, con la red de transporte y distribución actual, pero a la par que dedican nuevas instalaciones de generación a producir E-fuel, estas últimas no tendrían que volcar electricidad al sistema, ya que esa electricidad iría destinada a dicha producción de combustibles sintéticos. Que luego tendrían una logística similar a la de los carburantes fósiles, llegando a nuestros vehículos, evitando desarrollo de redes eléctricas nuevas.

¿Qué es el Power-To-E fuel?

Igualmente, sin esperar a nuevas inversiones en generación, una parte del parque generador ya existente se podría usar para la elaborar electrocombustibles. Esto es lo que se conoce como “poder a e-fuel”, y que básicamente consiste en que, en los momentos en los que los parques solares o eólicos están produciendo electricidad pero el sistema no necesita inyección de energía (recordemos que el sistema debe estar siempre en balance perfecto entre generación y demanda) podemos usar dicha generación excedentaria para producir hidrógeno para electrocombustibles. Mayor virtuosidad aún para nuestros ecarburantes.

Conclusion.

En resumen, los electrocombustibles nos permitirían acometer la transición ecológica tan deseada, evitando emisiones de nuevo CO2 a la atmósfera, de forma sostenible. Nos sirven los motores actuales, y no es necesario invertir en nuevos vehículos, ni en nuevas redes de transporte y distribución.

Lo que sí que necesitaríamos es que nuevas centrales de generación, destinadas principalmente a la elaboración de electrocombustibles, y que este proceso se mejore y desarrolle para industrializarlo sin riesgos. Eso sí, esto por sí mismo es un reto magnánimo que no podemos obviar.

Distribuciones de probabilidad en el análisis financiero.

Una de las herramientas más interesantes con la que podemos contar en el análisis de activos financieros es la relativa a los tipos de distribución de probabilidad. Y ello porque nos permite plantear escenarios probabilísticos respecto de los activos financieros y su comportamiento futuro, a fin de tomar decisiones racionales en lo que respecta a la gestión de esos activos en las carteras de inversión.

En este artículo vamos a ver dos modelos de distribución de probabilidad que nos pueden ayudar enormemente:  

  1. Distribución Continua de variable aleatoria discreta. 
  2. Distribución normal.
  1. Distribución Continua de variable aleatoria discreta.  

Una variable aleatoria es aquella cuyo comportamiento futuro es impredecible, por depender de factores que no podemos modelizar de manera determinista. Si esta variable es discreta solo podrá tomar una serie de valores, acotados en un rango concreto de posibilidades. Por ejemplo, el número de empresas cotizadas en un índice bursátil no puede tomar valores decimales o ratios, solamente valores discretos (veinte, cien, quinientos, etc.…).

Una función de distribución discreta de la probabilidad supone que se le asignan las mismas probabilidades, de forma lineal, a todos los posibles eventos. Por ejemplo, si tiramos un dado de 6 caras, asumiendo un modelo de este tipo, diremos que cada cara del dado tiene un 1/6 de probabilidades de salir, esto es, una sexta parte.

Veamos un ejemplo con activos financieros. Pensemos en un bono de deuda privada que se emite por una compañía de nueva creación que desea financiar parte de sus inversiones a largo plazo. Ese bono pagará un cupón del 2% anual para los inversores. Pero si el EBITDA supera los 10 millones en su primer año de actividad, pagará un 4 % en vez de un 2%. Alternativamente, si el EBITDA supera los 20 millones en su primer año, pagará un 6%. Finalmente, si el EBITDA superase los 30 millones pagaría un 8%. Según cada evento, podemos ver en el cuadro de abajo el cupón que correspondería al inversionista.

EventoCupón anual
EBITDA < 10 Millones € 2%
EBITDA entre 10 y 20 Millones € 4%
EBITDA entre 20 y 30 Millones € 6%
EBITDA > 30 Millones € 8%

Si como asesores financieros queremos plantear un escenario de probabilidades para un inversor, y dado que no tenemos datos históricos ni ninguna otra variable con la cual especular sobre qué EBITDA podrá conseguir la compañía, podríamos utilizar un modelo de probabilidades simple continuo, en el cual, habiendo 4 posibles escenarios, es decir 2%, 4%, 6% y 8%, otorguemos un 25% de probabilidades a cada escenario. Es decir, 1/4 de probabilidad para cada evento.

Por lo que podríamos dar un 25% de probabilidades a cobrar el 2%, un 25% de cobrar el 4%, un 25% de cobrar el 6% y un 25% de probabilidades del 8%.

EventoCupón anualProbabilidad
EBITDA < 10 Millones € 2%25%
EBITDA entre 10 y 20 Millones € 4%25%
EBITDA entre 20 y 30 Millones € 6%25%
EBITDA > 30 Millones  € 8%25%

¿Y si por ejemplo nos preguntan que cuántas probabilidades hay de obtener más de un 4%?. Si sumamos las probabilidades del 6% y del 8%  (lo cual son escenarios que cumplen con lo que se pregunta) el resultado sería que existen un 50% de probabilidades de cobrar más del 4%.

Avanzando sobre esta idea, imaginemos ahora otro ejemplo en el cual tuviésemos un bono similar al anterior, pero de una compañía que lleva diez años en el mercado, y por tanto hay un histórico de su actividad que podemos analizar. Si estudiamos ese histórico de EBITDA a lo largo de esos diez años, y resulta que hay 4 años en los que ha conseguido un EBITDA por debajo de 10 millones de euros, 4 años en los que ha conseguido un EBITDA entre 10 y 20 millones, 1 año en el cual consiguió un EBITDA entre 20 y 30 millones, y 1 año en el que superó los 30 millones, nuestro escenario de probabilidades podría ser el siguiente: otorgamos un 40% de probabilidades a obtener un 2%, un 40% de probabilidades a obtener un 4%, un 10% de probabilidades a lograr un 6% y un 10% de probabilidades de conseguir un 8%. Una forma de verlo sería decir que existen un 80% de probabilidades de conseguir una rentabilidad máxima del 4%.

EventoCupón anualProbabilidad
EBITDA < 10 Millones € 2%40%
EBITDA entre 10 y 20 Millones € 4%40%
EBITDA entre 20 y 30 Millones € 6%10%
EBITDA > 30 Millones € 8%10%

De esta forma podemos aseverar que con un 80% de probabilidades la rentabilidad máxima esperada será de 4% y la mínima será del 2%, a fin de asesorar a un inversionista y comparar con otras inversiones alternativas.

En suma, este modelo de plantear escenarios de probabilidad para la toma decisiones puede resultar muy sencillo pero también muy efectivo.

  • Distribución normal.

Es posiblemente el modelo más conocido, y seguramente el más utilizado en las finanzas modernas. Se basa en usar la distribución normal de probabilidad, que tiene forma de “campana” y se suele denominar “campana de Gauss”, o bien “distribución de Laplace”, o directamente distribución normal estadística.

El origen de este modelo lo encontramos en el trabajo del matemático francés Abraham de Moivre en 1.733 como aproximación a la distribución binomial (una variante de la distribución continua de variables aleatorias que vimos antes) cuando el número de resultados es muy elevado.

Lo cierto es que en la práctica y en muy diversos campos (física, observación natural, genética, medicina, sociología, economía, etc…) se ha comprobado empíricamente que este modelo funciona bien cuando trabajamos con grandes números.

Las dos variables sobre las que pivota el modelo son la media y la desviación típica. Recordemos que la media es el resultado de sumar todas las observaciones y dividirlo por el número de observaciones, por lo cual nos muestra el valor medio de la serie. Mientras la desviación típica es la raíz cuadrada (para evitar el efecto del cuadrado que ahora veremos) del quebrado que tiene por numerador el sumatorio al cuadrado de la diferencia entre cada observación de la serie respecto de la media (el cuadrado se usa para evitar números negativos), y por denominador el número de observaciones. Es decir, nos muestra la dispersión típica entre las observaciones y la media).

El modelo se basa en que las distribuciones de grandes series estadísticas suelen agruparse en torno a la media de la siguiente forma:

  1. Con un 34,1% de probabilidades las observaciones tienden a situarse en la media más la desviación típica; y con un 34,1% de probabilidades las observaciones tienden a situarse en la media menos la desviación típica.
  2. Con un 47,7% de probabilidades las observaciones tienden a situarse en la media más dos veces la desviación típica; y con un 47,7% de probabilidades las observaciones tienden a situarse en la media menos dos veces la desviación típica.
  3. Con un 49,8% de probabilidades las observaciones tienden a situarse en la media más tres veces la desviación típica; y con un 49,8% de probabilidades las observaciones tienden a situarse en la media menos tres veces la desviación típica.

Algunos resultados importantes de los seis puntos previos es lo siguiente:

  1. Solo un 0,2% de las observaciones tienden a estar por encima de la media más tres veces la desviación, o por debajo de la media menos tres veces la desviación.
  2. Un 50% de las observaciones tienden a estar por encima de la media (49,8% de la media más tres veces la desviación, y más el 0,2% residual de la cola por arriba) y el otro 50% de las observaciones tienden a estar por debajo de la media (49,8% de la media menos tres veces la desviación, y más el 0,2% residual de la cola por abajo).

Veamos un ejemplo de escenarios de probabilidad en asesoramiento financiero utilizando este modelo. Pensemos en la cotización de las acciones de una empresa muy importante, de gran capitalización y que cotiza en el Dow Jones, por lo cual tiene cada día decenas de miles de órdenes de compra y venta. En una coyuntura económica estándar, asumimos que su cotización puede variar siguiendo una distribución normal. Cogemos el valor de la acción en los últimos 500 días de cotización, y obtenemos como resultado una cotización media de 100 $. Calculamos la desviación típica, y obtenemos 30 $. Si tenemos que presentar un escenario de probabilidades respecto de qué sucederá con la acción en su cotización durante el próximo año, en base a estos datos, el escenario sería el siguiente:

Grado de probabilidadValoración
34,1 %Entre 100 $ y 130 $
13,6 %Entre 130 $ y 160 $
  2,1 %Entre 160 $ y 190 $
  0,2 %Más de 190 $
34,1 %Entre 100 $ y 70 $
13,6 %Entre 70 $ y 40 $
  2,1 %Entre 40 $ y 10 $
  0,2 %Menos de 10 $

De esta forma por tanto podremos asesorar a un inversionista, haciendo aseveraciones como que será muy poco probable que llegue a tener una revalorización en torno al 200% con esta acción (pasar de 100 $ a 200 $ estaría por debajo del 0,2 % de probabilidad) pero igualmente es muy poco probable llegar a perder más del 90% del valor invertido (que cotice por debajo de 10 $ tiene una probabilidad también por debajo del 0,2 %. Lo más probable es que el valor de cotización se mueva entre 70 $ y 130 $, a lo cual podemos otorgar unas probabilidades del 68,2 %, y esto nos permitiría comparar con otra inversión similar en la cual podamos asumir para ese mismo rango de probabilidad una horquilla diferente.

En definitiva, el planteamiento de escenarios de probabilidad es sumamente importante en el análisis financiero, y estos sencillos modelos pueden ser de gran utilidad para analistas y asesores.