Insights del CAPEX y del OPEX

Todas las empresas necesitan activos para generar beneficio. Por ejemplo una bodega necesita depósitos donde el mosto pueda fermentar para transformarse en vino, y una empresa que se dedique a transportar vino a granel entre distintos países necesita camiones con cisternas adecuadas a tal fin.

Al realizar el análisis financiero de una empresa se hace necesario por tanto valorar adecuadamente:

  • Los activos productivos de la sociedad.
  • Y los costes de adquisición, renovación y mantenimiento de los mismos.

Pues del valor de estos activos y de sus costes asociados dependerá la capacidad en el futuro de generar flujos de caja libres (free cash flows). En nuestro anterior ejemplo, la capacidad de generar ingresos futuros de la bodega dependerá del estado de sus depósitos y resto de activos, y por su parte la capacidad de generación de ingresos de la empresa transportista dependerá del estado de sus camiones cisternas.

Pero como todo movimiento financiero, los activos productivos tienen un doble tratamiento:

  • En el balance, como imagen de la estructura patrimonial de la sociedad:
    • tendremos en el activo los bienes productivos (inmuebles, vehículos, maquinaria, etc…) por su valor contable de adquisición.
    • Y tendremos igualmente en el activo pero con signo negativo las correspondientes amortizaciones de dichos bienes.
  • En la cuenta de resultados, como imagen del resultado económico anual:
    • Tendremos los gastos de capital, derivados de la adquisición, mejora y mantenimiento de los activos. Estos gastos se denominan CAPEX (Capital Expenditures).
    • Y tendremos los gastos operativos, derivados del coste de mantenimiento de los activos. Estos gastos se denominas OPEX (Operating Expense)

Y es así como llegamos a estos dos conceptos, muy importantes en el análisis financiero: el CAPEX y el OPEX.

Y digo que son muy importantes porque estudiando el importe que las empresas destinan como media anual a cada uno de estos conceptos (con un histórico de al menos entre 3 y 5 años) y en concreto su porcentaje sobre el total de gastos de la compañía, podemos extraer los siguientes insights:

  • Un porcentaje de CAPEX sobre gastos totales muy elevado implica que el modelo de negocio de la compañía es capital intensivo. Es decir, que requiere mucho capital en su actividad ordinaria. Por lo tanto, si vamos a comprar la compañía o bien tomar una parte relevante de su accionariado, tendremos que tener en cuenta que requeriremos de musculo financiero para hacer frente al negocio.
    • Esto es habitual en industrias como la energética, donde cada año es necesario realizar grandes inversiones como explorar pozos de petróleo o mantener centrales eléctricas. También es habitual en empresas que están en sus primeros años de actividad, puesto que estarán invirtiendo en activos.
    • Sin embargo, fuera de estas casuísticas no sería habitual que de forma recurrente exista un alto CAPEX, y por tanto esto sería una alarma a revisar.
  • Un porcentaje de OPEX sobre gastos totales muy elevado implica que el modelo de negocio de la compañía requiere de una estructura de gatos corrientes elevada. Por lo tanto, si vamos a comprar la compañía o bien tomar una parte relevante de su accionariado, tendremos que tener en cuenta que requeriremos de tesorería suficiente y recurrente para hacer frente al negocio.
    • Esto es habitual en industrias dedicadas a explotar bienes inmuebles (v.gr. alquiler de oficinas y locales comerciales), o activos singulares (v.gr. autopistas, estaciones de esquí). También puede ser habitual en empresas consolidadas, donde los activos productivos están en fase de maduración, y no es la inversión sino el mantenimiento de dichos activos el principal coste anual.
    • Sin embargo, no sería ordinario en otros modelos de negocio, donde no tengamos grandes activos a mantener, y donde constituirían por tanto una alarma a revisar.

Finalmente cabe indicar que las empresas pueden optar por motivos fiscales o por motivos financieros por adquirir sus bienes productivos a través de leasing o análogas. Esto haría por tanto que, a pesar de estar la compañía invirtiendo en activos, no veamos un alto porcentaje de CAPEX sino que veamos en nuestro análisis un alto porcentaje de OPEX.

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EUPHEMIA, el algoritmo europeo del precio de la luz

No existe a día de hoy un sistema eficiente de almacenamiento de electricidad a gran escala, por lo que la energía eléctrica se debe producir en el momento en el que se consume. Por ello, el precio en cada país para la electricidad se fija en un mercado diario, en el cuál cada día los generadores ofrecen la energía que van a poder producir en las 24 horas del día siguiente. Los comercializadores eléctricos y grandes consumidores que actúan en dicho mercado mayorista pujan por esta energía, estableciéndose como resultado de la subasta el precio para cada hora del día siguiente.

El auge de las interconexiones eléctricas entre los distintos países europeos ha permitido en los últimos años dotar de competitividad estos mercados diarios nacionales, con el consiguiente beneficio para el cliente final, que puede acceder a un precio más ajustado en su factura de la luz. Pues los excedentes de generación de un país pueden trasladarse a otro país con el que existe interconexión, consiguiendo esta nueva mayor capacidad de oferta en el segundo país hacer bajar el precio de su mercado diario.

Y en el marco de este aumento de capacidad de interconexión de energía eléctrica en nuestro continente se ha desarrollado el Mercado Interior de la Electricidad en Europa (MIE), que busca integrar el conjunto de los mercados existentes a día de hoy en la Unión Europea en un solo mercado.

Esta integración de mercados diarios se ha conseguido finalmente en buena media a través de un algoritmo matemático complejo desarrollado en un programa informático, denominado Euphermia, que permite fijar un precio único diario para la luz en todos los países europeos. 

Este sistema informatizado agrupa los mercados eléctricos de 23 países europeos, y calcula los precios de la electricidad para cada uno de ellos de manera común y sincronizada. Euphemia reúne datos de todos los mercados diarios europeos de electricidad y casa la oferta con la demanda. Ello por supuesto teniendo en cuenta los intercambios de electricidad que gracias a las interconexiones se pueden dar en cada país a cada hora.

En la península ibérica la compañía OMIE es la que se encarga en España y Portugal de casar oferta con demanda (mercado conocido como Pool), y utiliza Euphemia para marcar los precios de electricidad del mercado diario para ambos países.

Euphemia calcula a través de sus algoritmos la forma de maximizar los beneficios para los compradores de electricidad y los vendedores. Gestiona cada día el total del volumen de ofertas de compra y venta de Austria, Bélgica, República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, Latvia, Lituania, Luxemburgo, Holanda, Noruega, Polonia, Portugal, España´, Rumanía, Eslovaquia, Eslovenia, Suiza y Reino Unido. El valor medio del total de ofertas gestionadas es de 200 millones de euros cada día, y funciona los 365 días del año.

Utiliza un tiempo inferior a 10 minutos para tratar las órdenes, en línea con la operación de mercado diario de cada país y a través de una red de servidores con gran capacidad de procesamiento situados en cinco países distintos. Este sistema ha sido desarrollado y es mantenido por la compañía tecnológica N-SIDE.

Finalmente cabe indicar que, dado que el mercado diario se fija el precio para cada hora del día siguiente, y los volúmenes negociados son por tanto una previsión de consumo, existe un mercado intradiario en cada país (gestionado en España por Red Eléctrica) que ajusta oferta y demanda en tiempo real, estableciendo un precio para los desajustes entre oferta y demanda. Este mercado de ajustes y restricciones técnicas hace variar levemente el precio final de la energía en cada país.

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